Enfermería NeNe

Prevención de la HIV en el recién nacido extremadamente prematuro en las primeras 72 horas de vida
Como cada año, coincidiendo con el día de la prematuridad, Enfermería NeNe quiere reiterar su compromiso en la mejora de los cuidados de los recién nacidos prematuros, pacientes con un alto riesgo neurológico, lanzando un mensaje que pueda sensibilizar al colectivo de la enfermería. En esta ocasión, hemos focalizado la atención en el objetivo de disminuir la aparición de la hemorragia intraventricular (HIV) en el recién nacido extremadamente prematuro (< 28 semanas y/o < 1000 gr) en las primeras 72 horas de vida. La HIV es un problema prevalente y preocupante que en el 50% de los casos aparece en las primeras 24 horas de vida, puede ocasionar secuelas permanentes en el neurodesarrollo del recién nacido y tiene un impacto negativo en la calidad de vida de los niños y niñas y en su familia. En una infografía se presentan una serie de cuidados e intervenciones sencillos y asequibles que, realizados por la enfermera en esta franja temporal, han demostrado reducir la HIV según investigaciones recientes. Es relevante que tomemos consciencia de su importancia y los incorporemos en nuestra práctica clínica.

Protección del sueño del Recién Nacido hospitalizado en la unidad neonatal
ESTRATEGIAS PARA PROMOVER UN AMBIENTE QUE FAVOREZCA EL ÓPTIMO NEURODESARROLLO
Este es el segundo de una serie de tres documentos, impulsados por la Fundación NeNe
y la Sociedad Iberoamericana de Neonatología (SIBEN) dirigidos a aspectos prácticos
del cuidado neonatal que impactan en el desarrollo del sistema nervioso central de los recién nacidos enfermos.

Enfermería neonatal en la pandemia del COVID-19: ¿podemos mejorar el futuro?
El grupo Enfermería NeNe reflexiona sobre la repercusión de la pandemia en el cuidado enfermero en las unidades neonatales.
Autoras del artículo: Maria Teresa Montes y Nuria Herranz-Rubia, en nombre del Grupo de Enfermería NeNe.
La actual pandemia por SARS-CoV-2 está siendo la emergencia sanitaria más importante que ha acontecido en el mundo desde hace más de 100 años.
Aunque las unidades neonatales no han estado en el epicentro de la actual crisis sanitaria, se han visto obligadas a adoptar planes de contingencia con el objetivo de proteger a los neonatos hospitalizados, a sus familias y a los profesionales.
Por ello, muchas unidades neonatales han modificado uno de los pilares fundamentales para promover un desarrollo neurológico adecuado como son los cuidados centrados en la familia.
Aunque el pico de la pandemia está cayendo en la mayoría de los países, la infección por SARS-CoV-2 no se ha erradicado y existe la preocupación de qué ocurrirá cuando aparezcan nuevos brotes.
Es momento entonces de reflexionar sobre qué estrategias son más adecuadas para preservar los derechos en la excelencia del cuidado de los recién nacidos y sus familias. Este artículo, desde una visión crítica de la enfermería neonatal, resalta los cambios que han tenido lugar en muchas unidades neonatales y su impacto en la atención neonatal y las familias.

Estrategias para promover un ambiente que favorezca el óptimo neurodesarrollo: ESTÍMULOS SONOROS Y LUMÍNICOS
El feto inicia su vida y se desarrolla en el útero materno. Un medio líquido, oscuro, tibio e ingrávido, que proporciona contención, comodidad, y modula la estimulación que le llega junto con el soporte hormonal necesario para su normal desarrollo. Funciones básicas como la nutrición, la termorregulación y la modulación del ciclo sueño-vigilia se desarrollan a través de esta matriz, que conecta directamente con su madre

Día Mundial de la Prematuridad.Enfermería neonatal en época de COVID-19: una forma de ser, estar y cuidar
Día Mundial de la Prematuridad
Enfermería neonatal en época de COVID-19: una forma de ser, estar y cuidar
Hace más de ocho meses, la pandemia por COVID-19 sorprendió al mundo. Una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes que ha alterado profundamente nuestra manera de relacionarnos y ha afectado a todas las áreas de nuestra vida. En el contexto de la atención del recién nacido de alto riesgo, las unidades neonatales han visto caer como un castillo de naipes su forma cotidiana de cuidar desde el enfoque centrado en el neurodesarrollo del recién nacido y centrado en la familia.
Como enfermeras y miembros de un equipo sanitario que ha dedicado décadas de trabajo y esfuerzo colaborativo para lograr implantar este enfoque de cuidado, nos preocupa especialmente el impacto que estos cambios pueden tener en los pacientes más vulnerables: los recién nacidos prematuros y sus familias. Con motivo del Día Mundial de la Prematuridad, que conmemoramos el 17 de noviembre, desde la sección de Enfermería de la Fundación NeNe queremos llamar la atención sobre cómo nos hemos adaptado a la situación de pandemia en unos cuidados que requieren de extrema sensibilidad y donde el contacto físico, ahora vetado, siempre ha sido algo esencial.
Un pilar fundamental de nuestra forma de cuidar es dirigir nuestra mirada hacía el bebé y su familia como una unidad inseparable. Y reconocer la necesidad recíproca de madres, padres y recién nacido prematuro de estar juntos, tener un contacto físico afectivo continuado, cuidar y ser cuidado y, en definitiva, construir un vínculo emocional estable y seguro. Ampliamos nuestro ángulo de visión para incorporar a otros miembros de la familia cómo hermanos y abuelos. Personas significativas que tienen las mismas necesidades de afecto y pertenencia, y juegan un papel fundamental como red de apoyo emocional y funcional para los progenitores y el bebé prematuro.
En la situación actual de pandemia, las unidades neonatales de forma heterogénea han interrumpido su política de puertas abiertas y enfoque integrador de la familia, restringiendo la entrada a la madre y el padre y en algunos centros por separado y con límites de tiempo. Esta dinámica separa afectivamente al bebé prematuro de su familia, retrasa su socialización y limita las oportunidades de los progenitores para empoderarse en el cuidado de su recién nacido. Esta situación mantenida en el tiempo durante varios meses de hospitalización provoca estrés emocional y sufrimiento en las familias, pudiendo repercutir en el desarrollo neurosensorial y emocional del recién nacido prematuro.
Por otra parte, intervenciones estrella para el recién nacido prematuro cómo el “cuidado piel con piel”, la lactancia materna o el reclutamiento de donantes en los bancos de leche se vieron muy afectadas en el inicio de la primera ola. Si bien todo esto se ha normalizado, quedan pendientes por solucionar aspectos como el vacío emocional que experimenta la madre o el padre al no poder compartir juntos el cuidado “piel con piel” o la gestión de la lactancia materna.
CUIDADO EMOCIONAL SIN CONTACTO
Forma parte de nuestro rol cotidiano como enfermeras, utilizar la comunicación para enseñar, guiar y acompañar emocionalmente a la familia, pero resulta complejo hacerlo sin poder apretar un hombro o tocar una mano, con la barrera de una mascarilla o equipo de protección individual. Recuperar la importancia del contacto visual, el lenguaje corporal o el tono de voz son recursos necesarios que aun seguimos perfeccionando. Las familias más que nunca precisan de nuestra ayuda para aprender las medidas preventivas para el control de la infección por la COVID-19 y aplicarlas correctamente durante su estancia en el hospital, en el contacto piel con piel con su recién nacido, amamantamiento y resto de cuidados. Asimismo, necesitan mucho apoyo para vencer la incertidumbre y el miedo a contagiar a sus bebés prematuros.
Quizás un aspecto frustrante, ha sido renunciar a nuestra habilidad para improvisar y dar respuesta a necesidades de las familias, pues la flexibilidad que teníamos para abordar determinadas situaciones ha sido reducida por las normas drásticas que limitan nuestra espontaneidad y contacto. Desafortunadamente, la emergencia por COVID y las medidas restrictivas de las unidades neonatales continúan.
TIEMPO DE REINVENTARSE
Así que es tiempo de reinventarse, de sumar esfuerzos y capacidades para preservar la calidad de los cuidados respetando el enfoque del cuidado centrado en el desarrollo y la familia. El equipo sanitario debe explorar la incorporación de recursos eficaces para incrementar la comunicación empática y el soporte a la familia en las unidades neonatales y al alta hospitalaria. Durante el ingreso, la incorporación de cámaras web puede complementar la comunicación presencial y suplir la falta de contacto directo del bebé prematuro con sus hermanos y abuelos, contribuyendo a mejorar la confianza en los profesionales y el bienestar emocional de la familia al completo.
Asimismo, los programas de alta precoz domiciliaria para el recién nacido prematuro, interrumpidos durante las primeras fases de la pandemia, han retomado su funcionamiento tratando de incorporar nuevas herramientas como el soporte telemático. Otros recursos que es necesario fortalecer, a través de canales de comunicación no presenciales, es el apoyo de pares y el de las asociaciones de madres y padres, que aportan su experiencia física y emocional para afrontar retos similares y son muy bien valorados por las familias.
Para hacer realidad esta nueva normalidad, es necesario el compromiso y dotación económica por parte de la Administración y dar directrices a los profesionales para optimizar su uso con criterios éticos y seguros. Desde la Fundación NeNe, tenemos la confianza en que estos momentos de crisis nos harán aprender más y encontrar nuevas herramientas que han llegado al cuidado enfermero al prematuro para quedarse.