Skip to main content

¿Estamos creando disfuncionalidades? Necesidad de familias de acogida en Cataluña

En un día cualquiera de trabajo, en la consulta de seguimiento neurológico, exploré a un recién nacido que presentaba un seguimiento sonoro y visual deficiente. Descubrí que vivía en un centro de acogida, e investigando las condiciones y los estímulos que recibía, enseguida me di cuenta del esfuerzo de los cuidadores por ofrecer alegría, amor y cariño. Al mismo tiempo, también percibí el bajo número de cuidadores por número de recién nacidos y lactantes, y que este ratio deficiente no les permitía integrar estrategias de estimulación neurosensorial. Solo tenían tiempo para darles de comer, cambiarles el pañal y poco más, a pesar de sus deseos de ofrecer más. También, percibí un silencio insospechado para un espacio lleno de recién nacidos y lactantes, casi sin balbuceos, y con un lenguaje expresivo insuficiente.

En España no existen muchos hogares de acogida. Ello traduce que no hay muchas familias dispuestas a abrir sus brazos y corazones a niños y niñas que no son suyos. Una familia de acogida es una gran forma de ayuda y protección para los menores que se encuentran en una situación desfavorable, forzados a vivir fuera de sus familias de origen. Y la acogida les ofrece una alternativa con el entorno adecuado para que su cerebro pueda desarrollarse lo mejor posible, en un momento clave de sus vidas.

Existen múltiples maneras de acoger a los niños y niñas, en función de las necesidades de los menores y de la situación de las familias biológicas; pero estos niños y niñas no pueden esperar un año a ser acogidos. No podemos permitir que su cerebro no reciba la estimulación neurosensorial adecuada en una etapa crítica del neurodesarrollo, no solo privarles de oportunidades para un adecuado desarrollo del cerebro sino también para evitar crear futuras discapacidades, particularmente cognitivas y conductuales, que implicarían un mayor coste para la sociedad en términos de años de calidad de vida vividos.

En los centros de acogida de Cataluña residen recién nacidos y lactantes. Estos centros dependen económicamente y logísticamente de la Generalitat (L'Institut Català de l'Acolliment i de l'Adopció (ICAA)). En estos lugares de acogida, tampoco existe la figura del psicólogo o psicóloga que acompañe al educador en el desapego de los lactantes que tutorizan y de sus dramas familiares. Ni hay seguimiento de la salud mental de los adolescentes que conviven allí. Y todo, sin una normativa de la administración pública que tenga en consideración la salud infantil en los centros.

Como hemos comentado inicialmente, los centros de acogida proporcionan un hogar seguro y cariñoso a los niños y niñas que han perdido, por muy diversas razones, a sus padres y madres. Sin embargo, su gestión no está exenta de desafíos. Uno de los mayores a los que se enfrentan los cuidadores de estos centros es la financiación. La mayoría están gestionados por organizaciones sin ánimo de lucro, y dependen en gran medida de las donaciones para mantener sus puertas abiertas. Por desgracia las donaciones son impredecibles, y a menudo no alcanzan para mantenerse operativos, u obligan a tomar complicadas decisiones sobre dónde asignar los recursos, o cómo priorizar necesidades.

Otro reto de estos centros es encontrar el personal cualificado. Tratando temas tan delicados como el abuso, el abandono y la pérdida, es crucial que los cuidadores tengan la formación adecuada para trabajar estos temas de forma sensible y profesional. Resulta difícil encontrar personal preparado, especialmente en las zonas rurales. A menudo se produce una escasez de personal, que impone una presión aún mayor sobre un equipo sobrecargado de trabajo.

Por último, uno de los mayores retos que afrontan los cuidadores es, sencillamente, soportar el desgaste emocional. Cuidar a niños y niñas que han sufrido un trauma puede ser extremadamente difícil, y no es raro que estas personas desarrollen fatiga por compasión o agotamiento, se lleven los problemas a casa, y se planteen otras opciones profesionales.

Un entorno familiar estable ayudaría a los niños y niñas a sentirse seguros y protegidos, a explorar el mundo que les rodea y aprender cosas nuevas, algo esencial para un desarrollo saludable del cerebro. Múltiples estudios demuestran sistemáticamente que los niños y niñas que crecen en familias estables y acogedoras tienen mejores resultados cognitivos, emocionales y sociales.

Durante los dos primeros años de vida, el cerebro de un niño o niña crece a un ritmo increíblemente rápido, respondiendo a los estímulos entorno. Si la vida en el hogar es inestable o caótica, esto puede generar un impacto negativo irreversible, como el deterioro de las funciones cerebrales y la reducción del coeficiente intelectual. Por el contrario, los niños y niñas que crecen en entornos familiares que les apoyan suelen tener mejores resultados cognitivos, incluyendo una mayor inteligencia y creatividad.

¿Por qué las familias son tan importantes para el desarrollo del cerebro infantil? En primer lugar, las familias proporcionan una sensación de seguridad y estabilidad esencial para el crecimiento saludable del cerebro. Segundo, las familias transmiten amor y afecto a los y las bebés, ayudando a nutrir y estimular un adecuado desarrollo cerebral. Tercero, las familias proporcionan oportunidades para que los y las bebés aprendan nuevas habilidades y exploren su mundo, ayudando al desarrollo de las vías neuronales del cerebro. Y, por último, las familias enseñan a los y las bebés a regular sus emociones y a responder de forma adecuada a situaciones de tensión, protegiéndoles de daños relacionados con el estrés.

En conclusión, es crucial dar voz a la necesidad que tienen los niños y niñas de estos centros en ser acogidos por familias, y que los hogares de acogida sean reconocidos y apoyados por la sociedad y especialmente por las administraciones públicas. Las responsabilidades de estas últimas son ineludibles y por ello, han se asegurar que los centros disponen de la financiación adecuada para responder a las necesidades de los niños y niñas ingresados en ellos. Hacemos una llamada a la sociedad para que aumente la participación de acogida a los recién nacidos que se encuentran en estos centros lo antes posible. Las familias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo saludable de sus cerebros, en un entorno estable, con suficiente amor y apoyo, con mejores resultados cognitivos. Es de vital importancia hacer todo lo posible por apoyar a estas familias de acogida y conseguir que los niños y niñas en centros de acogida tengan mejores oportunidades, evitando crear mayores disfuncionalidades que suponen un enorme coste en la vida de estos niños y económico a la sociedad.

Dra. Gemma Arca Fundación NeNe Hospital Clinic

Link de interés: https://web.gencat.cat/es/tramits/que-cal-fer-si/adopto-i-o-acullo-un-infant/acolliment- familiar/