Debido a los riesgos teratogénicos de los medicamentos anticonvulsivos y también por la posibilidad de que afecten negativamente al neurodesarrollo de la descendencia, la elección del fármaco antiepiléptico en mujeres jóvenes con epilepsia, bien en edad de pocrear o ya gestantes, es siempre un desafío importante.

Recientemente se ha publicado en JAMA Neurology un cuidadoso estudio prospectivo multicéntrico que involucró a 20 centros de epilepsia de Estados Unidos, e incluyó a 345 bebés de gestantes con epilepsia y 106 de madres sanas. La evolución cognitiva a los dos años de edad no difirió entre los nacidos de madres epilépticas y los nacidos de mujeres sanas. Los autores atribuyen ello al uso mayoritario de los nuevos antiepilépticos que tienen un riesgo más pequeño de afectar el cerebro inmaduro, como son la lamotrigina y/o el levetiracetam. Algunas observaciones adicionales fueron que el lenguaje se asoció con un mayor nivel educativo materno, que los varones tuvieron un peor resultado y más importante, que la ansiedad materna, la depresión y el estrés percibido estaban asociados con peores resultados para los aspectos cognitivo, socioemocional y adaptativo general.

Aunque son necesarios más estudios, con evaluaciones a los 7 años de edad, los hallazgos son alentadores y difieren de lo observado en estudios de hace más de una década. Esta información es importante a la hora de informar a madres epilépticas gestantes o con neonatos que están preocupados por la posible repercusión de la nueva medicación antiepiléptica en las capacidades de su bebé. Reducir la ansiedad y la depresión en estas gestantes puede favorecer un mejor neurodesarrollo en los lactantes a los dos años de edad.

https://jamanetwork.com/journals/jamaneurology/fullarticle/2780605